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INSMET: El Instituto de Meteorología de la República de Cuba.

 

La isla de Cuba está situada en una zona en la que de junio a noviembre de cada año se originan con cierta frecuencia tormentas tropicales que se convierten en huracanes, causa en el pasado de incalculables daños y muertes.

La historia está llena de relatos de innumerables tragedias. Por ejemplo, cuando estos ciclones tropicales sorprendían a los marineros y destrozaban sus buques; o cuando afectaban la tierra firme, destruían las haciendas y mataban a sus habitantes.

Por este motivo, los meteorólogos cubanos del INSMET se esfuerzan en perfeccionar al máximo los métodos de detección y prevención de las alteraciones atmosféricas que generan, preceden y anuncian la llegada de los huracanes.

Tal como podemos leer en su página web www.insmet.cu:

La Misión principal del Instituto de Meteorología es suministrar información meteorológica y climática autorizada, confiable y oportuna sobre el estado y comportamiento futuro de la atmósfera. Esta información está dirigida a velar por la seguridad de la vida humana y a reducir las pérdidas de bienes materiales ante desastres naturales de origen meteorológico, contribuyendo directamente al bienestar de la comunidad y al desarrollo sostenible.

Y entre sus funciones:

Suministrar toda la información meteorológica especializada en tiempo real que se requiera para las actividades de respuesta en casos de emergencia ambiental.

Facilitar la cooperación mundial mediante el intercambio gratuito y sin restricciones de los datos meteorológicos cubanos considerados esenciales para los programas de la Organización Meteorológica Mundial.

Dotados de personal especialista de gran eficacia, su actuación ha permitido salvar miles de vidas, y que los huracanes tengan la mínima repercusión posible.

Apenas el Huracán perverso se acerca, los hombres y mujeres que trabajan en el INSMET ofrecen a las autoridades cubanas información muy valiosa. Se recogen los ganados, se evacúan las zonas bajas inundables, se realojan los habitantes en peligro en edificios sólidos y se acopian agua y alimentos.

Cuando el Huracán llega, todo está previsto, y los bienes puestos a buen recaudo en lo posible. Nadie es capaz de evitar que las fuerzas de la Naturaleza desbocadas lo arrasen todo a su paso, pero las pérdidas de vidas humanas se reducen a lo mínimo.

La Fundación Aurora les pedirá que expliquen la forma en la que desarrollan su trabajo y nos ayuden a enseñar a nuestros niños y jóvenes los secretos de la atmósfera.